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Refugio Así nació un destino, sin más, sin elegir fecha ni hora. Con la inocencia de un ser que abre los ojos por primera vez. Y no voy a engañarte diciendo que eres la pieza que le faltaba a mi puzle, ni que he encontrado a mi media naranja. Tampoco vas a leer unos votos de boda, porque no necesito una para prometer amarte y respetarte hasta que decidamos ponerle punto final a la canción. Lo que si voy a grabar en piedra es que no quiero a otra persona revolviendo mi pelo o masajeando mi espalda. Quiero dos cafés sin ropa y con sábanas revueltas. Aquí, en Pekín o en San Agustín. También quiero una dosis tuya diaria, aunque no me lo recomiende el médico. Porque los dos sabemos que conducir desenfrenados pone más que ir con precaución. También por pedir quiero un polvo de imperfecciones porque así me aseguro de que aun con la puerta abierta ninguno se va. Hoy te propongo no firmar contrato ni separa bienes. Nunca.  Sin barreras, Claudia Frey

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