Sin retorno

Fue ese metro y medio lo que los separaba en la cama lo que acabó por romper años de batallas. Cada uno tragando un orgullo que les quedaba grande, cada cual mirando una perspectiva de la misma habitación que nada tenía que ver con el otro. Los dos sabían cual era el final de la historia pero se negaban a admitirlo. Y no era el final lo que más dolía sino la incertidumbre de lo que podía haber pasado, de todas aquellas ilusiones que quedaron en descargas pendientes.

La electricidad había dejado de fluir. Tímidos como dos desconocidos, no eran capaces de pronunciar palabra. Quizás porque ya estaba todo dicho o quizás porque sus egos habían ganado la guerra. Mientras una esperaba un roce, el otro solo quería ahogarse en un sueño profundo que lo sacara de allí. Ella con esa manía de no decir lo que siente, y él con esa costumbre de querer desaparecer. Lo peor de todo es que no existía una segunda oportunidad para ellos, ya habían disparado el último cartucho, y ellos lo sabían.

Con guerra,

Claudia Frey