Libre por nacer libra



Me representa una balanza. Pero nunca he estado estable del todo. Siempre un poco más loca de lo normal. Que locura la mía, la cual no deja nunca de soñar. Cuando bajo demasiado, rompo el balance que me mantiene viva. Cuando subo, se quiebra en mi toda simetría, todo lo arraigado. Y entonces hago un salto holandés desde el trampolín que me deja caer en el vacío. Un vacío repleto de esperanzas. Uno que estabiliza mi balanza. Y entonces comienzo a volar.

Sí, soy libra. Tan libra que me siento libre. Y no libre como un pájaro que vuela con rumbo hacía algún lugar de este espacio llamado mundo. Ni que conquista el cielo besando el aire. Sino libre de sobrepasar los límites. Porque puedo. Porque quiero. Porque tengo el derecho de hacerlo. No tengo alas en el sentido más literal de la palabra, pero si tengo el mayor poder creado en el cosmos, la mente. Una que me permite viajar más allá de lo establecido. Una que, aunque sea un arma de doble filo, es capaz de llevarme a conocimientos abstractos que soy incapaz de ver. Y así es como el pájaro conquista el cielo. Y así, como me conquisto yo.

Con alas,

Claudia Frey

Comentarios

Entradas populares